Este lunes comienza a regir la ley 26.860, que habilita el ingreso al país de dinero no declarado sin tener que precisar el origen de los fondos y con el beneficio adicional de no sufrir penalidades ni tener que actualizar el pago de impuestos.
Con esta medida, el Gobierno tiene como expectativa conseguir al menos 4 mil millones de dólares, monto que ingreso al blanqueo que se realizó en 2009.
Los dólares se podrán cambiar por el Certificado de Depósito para Inversión (CEDIN) y el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Energético (BAADE), que también cuenta con una versión denominada Pagaré.
Los CEDIN tienen como finalidad alzar la construcción y el sector inmobiliario, mientras que los BAADE buscan captar fondos para obras de infraestructura en el sector energético, principal factor de desequilibrio de las finanzas públicas.
La garantía de cobro está dada por el Banco Central, que administra un fideicomiso integrado por el cien por ciento de los fondos exteriorizados.