Este Domingo de Pascua nos exhorta a sentirnos en presencia de Dios: “Que nadie cierre el corazón a la omnipotencia de este amor redentor. Jesucristo ha muerto y resucitado por todos nosotros: ¡Él es nuestra única esperanza! Esperanza verdadera para cada ser humano. Hoy… Jesús resucitado, nos envía también a todas partes, como testigos de su esperanza y nos garantiza: Yo estoy siempre con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20).