San Juan Román

Puntero. Riquelme brilló como en sus mejores tardes y fue mucho para el equipo sanjuanino. El 10 terminó lesionado y por la noche fue desafectado de la Selección. Boca disfruta la punta.

Tenemos que obligarlo a que juegue incómodo y de espaldas al arco. Si nos dormimos y lo dejamos que levante la cabeza, posiblemente nos comamos un par de goles.

Daniel Garnero

Lo sabía desde antes. Por eso lo dejó en claro en los micrófonos apenas un día antes de tener que cruzarse con ese vendaval que, en el fondo, él sabía que no iba a poder controlar. Claro, Garnero no tenía dudas: Juan Román Riquelme iba a volver luego de una lesión y así como está –con una pierna izquierda que en los mínimos esfuerzos se fatiga y con una espalda que anuncia día tras día los síntomas del desgaste de los años– iba a complicarle la vida. Iba a ser, una vez más, el arquitecto de la más perfecta de las situaciones para el país de los azules y oros: la iba a romper, iba a construir esta victoria de 1-0 frente a San Martín de San Juan e iba a dejar a Boca, su Boca, en el filo más alto de la tabla del campeonato.

Garnero lo aceptaba de tal forma que anunció su lamento casi que con una sonrisa. Entendiendo esa sensación que el escritor Roberto Arlt había descripto más de una vez en sus textos en el diario El Mundo sobre los secretos femeninos: la de aceptar que hay otro que tiene a la mina más linda. Comprendiendo que delante su equipo tendría a un jugador que en el Día del Maestro iba a dejar bien en claro qué cosas se pueden enseñar con la pelota. Incluso si por explicar tuviera que destruir su propio cuerpo, ese mismo que impidedirá que el 10 esté en la Selección de Alejandro Sabella (anoche lo desafectó) que enfrentará a Brasil.

¿Qué enseñó Riquelme ayer?

Dio clases, ante todo, sobre cómo se piensa el fútbol, haciendo que su equipo en ningún momento se apure y guardando la redonda en sus tobillos, haciendo correr a San Martín por todos lados, buscando el hueco desde donde lastimar. Dio doctrina sobre cómo se le pega a la pelota, cómo en el tiro libre que abrazó en el borde del área en el que un palo se ocupó de que no fuera gol. Dio espacio para que sus compañeros se luzcan, como sucede día tras día con Walter Erviti, quien ayer terminó llegando al gol. Dio igualdad, mostrando en su juego una belleza tan bonita que puede apreciar desde los hinchas con billeteras anchas que van a la platea media de la Bombonera hasta los fanáticos que juntan moneda tras moneda para pagar la cuota social para entrar a la popular. Dio felicidad, aunque eso sólo se entienda verdaderamente cuando la cancha, a pocos minutos de que termine el partido, estalla de emociones porque este Boca que conduce Julio César Falcioni llega a la punta del campeonato luego de dos años y nueves meses sin poder darse ese gusto.

¿Qué enseña? Sobre todo, explica por qué se debe elogiar la belleza y por qué se debe defender las camisetas que llevan el número 10 en la espalda. Esas mismas que alguna vez vistió Garnero, que lo mira desde un costado, aplaudiendo por debajo ese terrible talento que tiene Riquelme y que ayer dejó a Boca en la punta. <

y arriba y arriba…

Juan Román Riquelme

“Es muy importante estar puntero. Nos hace muy bien que nuestra gente esté contenta. El campeonato es larguísimo, falta mucho. Pero ganar de local es importante. Ahora hay que disfrutar.”Darío Cvitanich“Tuvimos muchas situaciones pero no pudimos convertir. Siempre es más lindo hacer goles, pero que no se nos dé a los delanteros, no es un problema si se le da a Walter o al Flaco, como el otro día.”Christian Chávez“Llegamos a la punta pero la idea es seguir sumando triunfos para pelear arriba, porque venimos de dos o tres torneos muy malos. Manejamos el partido y ganamos con justicia.”¿Te acordás?6 torneos pasaron desde la última vez que Boca estaba puntero en la sexta fecha de un torneo. Fue en el Clausura 2008. En el Ap. ’08 fue campeón.